Si miramos hacia el desarrollo de la lingüística en España, no es difícil constatar el enorme impacto de los Congresos de Lingüística General como foros de intercambio científico desde que comenzaron a celebrarse en Valencia en 1994, hasta el décimo, celebrado recientemente en Zaragoza. Muchas de las que podríamos llamar disciplinas lingüísticas emergentes, como la lingüística clínica, se han ido fortaleciendo al calor de los congresos que periódicamente se organizan. Por supuesto, la historiografía lingüística debe mucho, no sólo a las revistas especializadas, que sin duda han sido decisivas para su desarrollo, sino también a los coloquios, encuentros y congresos de carácter internacional, más o menos numerosos en cuanto a participación y más o menos concretos en cuanto a los temas tratados, de los que han salido publicaciones tan citadas o más que los artículos publicados en las revistas. Pienso en los veintitrés coloquios internacionales del Studienkreis Geschichte der Sprachwissenschaft, en los doce congresos internacionales ICHoLS y en tantísimos otros, entre los que se cuentan, claro está, los congresos internacionales de la Sociedad Española de Historiografía Lingüística.