No es nueva la consideración de la Pragmática lingüística como una forma actualizada de abordar muchos de los fenómenos lingüísticos que antes eran explicados por medio de la Retórica clásica. Baquero Almansa en sus Lecciones de Retórica (1897) incluye conceptos lingüísticos de gran interés para la Historiografía Lingüística. El mismo concepto de Retórica frente a la Gramática es llamativo en nuestro planteamiento. Piensa que “Hablar bien es emplear el lenguaje adecuadamente al fondo que en él queremos expresar y al fin preconcebido”, de forma que la Retórica es “el arte de hablar en prosa” y Poética “el arte de hablar en verso”. No podemos evitar que estas expresiones nos recuerden la obra de E. Benot Arte de Hablar. Gramática Filosófica de la lengua castellana (1910), escrita algunos años después. La gramática la define del siguiente modo: “La Gramática se define también arte de hablar (loquendi); pero sólo estudia el lenguaje de un modo abstracto, sin tener para nada en cuenta las circunstancias de su aplicación; mientras que la Preceptiva atiende a ellas preferentemente. Claro está que el retórico y el poeta necesitan conocer la Gramática”.
Lo que más nos interesa, sin embargo, es lo que entiende por condiciones del pensamiento, que unidas a las expresiones nos parecen un antecedente de las máximas conversacionales de Grice (1975). Estas condiciones son: verdad, claridad, solidez, naturalidad, novedad y oportunidad. Junto a estas condiciones del pensamiento enumera las condiciones de las ex¬presiones: pureza y corrección, propiedad y exactitud, claridad, energía y decencia.